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Los aborígenes de La Palma
Benahoaritas
Antes de que los conquistadores españoles conquistaran definitivamente "San Miguel de La Palma" en 1493, la isla estaba habitada por los Benahoaritas, también llamados Auaritas o Awaras.
Los antiguos habitantes de las Islas Canarias se denominan normalmente "guanches", pero aquí los lugareños llamaron a su isla "benahoare", y de ahí deriva su nombre.
¿Quiénes eran estas personas, desde cuándo vivían aquí y de dónde vinieron?
La Palma es la isla más noroccidental de las Islas Canarias y se encuentra en medio del Océano Atlántico. La distancia a la Península Ibérica es de unos 1.400 km, África está mucho más cerca a tan solo 400 km.
Desde el 400/300 a.C. aproximadamente existía un asentamiento permanente en la isla. Probablemente, los habitantes, con los cuales se encontró Alonso Fernández de Lugo y sus soldados, provenían del norte de África. Pero nadie lo sabe con seguridad.
Lo que es seguro es que los Benahoaritas vivían en cuevas naturales y que también guardaban provisiones allí.
A la hora de elegir una ubicación entre barrancos, regiones costeras o montañosas, lo más importante a tener en cuenta fueron sin duda el clima y el suministro de agua.
Gracias a unos escasos restos descubiertos, se sabe que en los lugares donde no había cuevas disponibles, también existieron viviendas de piedra.
Algunas cuevas se utilizaron como tumbas. Los Benahoaritas conocían el proceso de la momificación y probablemente lo utilizaban para dar sepultura a reyes y a otras personalidades con un estatus social especial.
En medio del vasto Océano Atlántico,
los humanos estaban expuestos a la buena voluntad de la Madre Naturaleza
El ritmo del sol, de la lluvia y de la nieve no solo significaba vida, sino a menudo supervivencia.
No es de extrañar que los aborígenes de la isla de La Palma adoraran la tierra y el cielo. Hitos especiales como el Roque Idafe en la Caldera de Taburiente fueron sus santuarios y lugares de culto.
El cielo con sus llamativos astros era la sede de su diosa "Abora", el sol, y de su adversario "Iruene", la luna.
Iruene también se conoce como un temido demonio parecido a un perro. Esto se debe probablemente a los grandes perros de pelo largo que atacaban los rebaños por la noche (Fray J. Abreu Galindo, siglo XVI).
Dicen que los Benahoaritas eran un pueblo pacífico
Criaban cabras, ovejas y cerdos.
En busca de pastizales, los pastores y sus rebaños subían hasta los picos más altos.
Los antiguos canarios elaboraban ropa de las pieles de sus animales y los huesos los convertían en herramientas. También usaban piedras, espinas, partes de plantas y madera para elaborar sus utensilios.
La carne y la leche eran los componentes básicos de su dieta, además de pescado, marisco, plantas silvestres y una pequeña proporción de cebada, trigo y legumbres cultivadas.
El grano se molía con molinos manuales de piedra y se convertía en harina o en gofio después de ser tostado. Este alimento básico típico canario sigue siendo muy popular hoy en día.
En muchos yacimientos arqueológicos se han descubierto restos de artículos de cerámica tradicional.
Todos ellos se produjeron sin torno de alfarero y se pueden asignar a diferentes fases.
Destacan el color oscuro y los grabados elaborados.
Cuando comenzó la conquista, la isla estaba dividida en doce áreas
Cada uno de estos territorios estaba gobernado por uno o más jefes o reyes.
A estos se les denominaba "mencey".
El nombre y la división prehispánicos todavía se conservan en parte en las zonas de los municipios:
- Aridane (Los Llanos de Aridane, El Paso, Tazacorte)
- Tijuya (Tajuya, Todoque, Puerto Naos, La Laguna y parte de Las Manchas)
- Tamanca (parte de Las Manchas)
- Ahenguareme (Fuencaliente)
- Tigalate (Mazo)
- Tedote (Santa Cruz de La Palma, Breña Alta, Breña Baja)
- Tenagua (Puntallana)
- Adeyahamen (San Andrés y Sauces)
- Tagaragre (Barlovento)
- Tagalguen (Garafía)
- Tijarafe (Tijarafe y Puntagorda)
- Aceró (Caldera de Taburiente)
Los conquistadores españoles no tenían mucho en mente lo que respecta los Benahoaritas
Tomaron la isla casi por completo sin demasiada resistencia.
Solo el famoso Taunausú se les enfrentó desde la Caldera de Taburiente junto a valientes combatientes. Los españoles lograron derrotarlo por fin por medio de un engaño.
Tanausú fue capturado y llevado a un barco.
Iba a ser presentado en la península, quizás incluso vendido como esclavo, pero en su camino gritó "Vacaguaré" (quiero morir). Se negó a comer a bordo y no sobrevivió la travesía.
En la isla, los hombres de Alonso Fernández de Lugo
asesinaron o esclavizaron a la mayoría de los antiguos canarios
Los supervivientes tuvieron que someterse a las costumbres españolas.
Algunos de ellos se mezclaron con los nuevos habitantes, perdieron su fe y su lengua casi por completo. Los Benahoaritas no sabían escribir, pero muchas piedras y paredes de roca estaban provistas de signos de difícil interpretación, los petroglifos.
Durante el largo período de asentamiento de los aborígenes hasta la toma del poder por los conquistadores españoles en el siglo XV, se crearon una gran variedad de grabados, canales, ranuras y cazoletas. Formas geométricas como círculos, espirales, meandros y líneas aparecen individualmente o formando patrones complejos.
Nadie se molestó en cuestionar e interpretar los mensajes grabados en piedra.
Su significado aún no está claro. Además de las suposiciones de tratarse de signos mágico-religiosos, marcas de pastos, puntos de agua, senderos u otras cosas de la vida cotidiana, es cierto que algunos lugares de culto hacen referencia al solsticio de verano o al solsticio de invierno.
Las cuevas utilizadas por los aborígenes también fueron tomadas por los nuevos gobernantes de la isla.
Eliminaron casi por completo las huellas del antiguo pueblo. Durante siglos nadie mostró interés por los antiguos habitantes de La Palma. Probablemente, los nuevos colonos estaban demasiado ocupados consigo mismos.
Ellos mismos procedían de diferentes países, tuvieron que acostumbrarse a su nuevo hogar y trabajar duro para obtener un beneficio de esta isla originalmente salvaje.
Generación tras generación barría cestas, fragmentos, huesos y otras cosas parecidas fuera de las cuevas a los barrancos para poder acomodar en ellas su ganado y sus provisiones. Incluso cuando se construían casas, la gente no tenía miedo de usar piedras con grabados.
Fue en el año 1752 cuando Domingo van de Walle descubrió los primeros petroglifos en La Palma
El descubrimiento en las cuevas de Belmaco (Mazo) fue el primero de este tipo en las Islas Canarias.
El verdadero interés público por los aborígenes palmeros no se despertó hasta 1980.
Hoy en día se conocen cientos de yacimientos en La Palma.
Numerosos investigadores de los campos de la arqueología, la historia, la etnografía, etc., así como un grupo dedicado a la arqueoastronomía, tratan de aprender más sobre el enigmático patrimonio de los Benahoaritas y su modo de vida.
Aquí le presentamos yacimientos, cuevas, centros de interpretación y el Museo Arqueológico de Los Llanos, para que pueda seguir los pasos de los aborígenes. Leer el artículo...
Fotos: Ines Dietrich, Uka Rösch, algunas fotos tomadas con permiso en el MAB - Museo Arqueológico Benahoarita en Los Llanos
Soy cubano, decendiente de canarios (de La Palma y Gran Canaria). Jamas habia sabido nada sobre este aspecto de mis raices, que aunque tanto españolas como portuguesas y francesas, muy probablemente tengan algo de aborigen tambien.
Muy buen artículo. Muy corto pero muy bien sintetizado.
Genial artículo
Muy interesante, amena la lectura