Bodegas Perdomo - Piedra Jurada

El idílico pueblo de Las Tricias, en el noroeste, es la sede de la empresa familiar Bodegas Perdomo

La historia de la producción del vino se remonta en el pasado hasta el bisabuelo — pero Patricia Perdomo ha proporcionado un soplo de aire fresco desde que ha asumido la dirección.

Con sus 22 años de edad parece ser la viticultora más joven de las Islas Canarias.

El entusiasmo y el amor por el vino le acompañan desde que es pequeña.

La Bodega, que hasta el año 2000 se situaba por encima de Las Tricias, forma parte de la vida de Patricia desde su niñez.

Con tan solo 7 años de edad ayudaba ya a su padre y a su tío con las distintas tareas.

Con 19 años de edad estuvo a cargo por primera vez y a solas de la vendimia.

En el año 2014, después de que finalizara sus estudios de viticultura y enología en el Instituto Superior Tacoronte (Tenerife), tuvo lugar el relevo generacional en la familia Perdomo.

En comparación con las primeras viticultoras de La Palma, Patricia no tuvo que luchar tan arduamente por el reconocimiento.

El padre observó y analizó su trabajo y confió en ella. Hoy en día, el vínculo familiar se sigue manteniendo.

Su hermana Lucía es técnico agrario y entretanto se hace cargo del cultivo del vino.

Después de cambiar tres veces de etiqueta, las botellas de Piedra Jurada recibieron su aspecto definitivo el cual a su vez está en armonía con la juventud que desprende la dirección de la bodega.

Además, para las ocasiones especiales (día del padre, de la madre o de San Valentín), las hermanas elaboran a mano y con mucho cariño envoltorios de regalo muy originales.

Para Patricia y para Lucía es muy importante tratar tanto la tierra como las uvas con responsabilidad

Gracias a ellas, se ha llevado a cabo un desarrollo ecológico y se ha abandonado el uso de químicos.

Los herbicidas y los fertilizantes artificiales se han desterrado. Se usan guadañas y tractores y el abono verde se incorpora a la tierra.

Tan solo utilizarían remedios más potentes si surgiera una enfermedad que amenazase seriamente las existencias, pero no los usan para la prevención tal y como lo hacen otros viticultores.

Por suerte, la ubicación de los viñedos en Briesta, en la subzona norte de Garafía, también protege a las plantas y a las uvas.

A 1.200 m de altitud se sitúan por encima del húmedo mar de nubes, están más cerca del sol y en invierno descansan a temperaturas que a veces se acercan al punto de congelación.

Las tierras de cultivo de aprox. 4,3 ha se sitúan en terrazas y en ellas crecen uvas oscuras como el Vijariego, el Listán negro, la Tintilla y la Castellana.

(A excepción de las cepas del Negramoll, que tan solo crecen a una altura de 800 m). Entre las uvas blancas encontramos el Albillo y el Listán blanco.

El 80 % de las cepas han sido cultivadas en espaldera y el 20 % restante según el método tradicional "vaso" (amplia separación entre las plantas y apoyando la vid sobre palos de madera).

Piedra Jurada

En este espléndido paisaje cubierto parcialmente por pinos descansa delante de la antigua bodega el dador del nombre del vino Piedra Jurada: "la piedra con el orificio".

El bisabuelo de Patricia y de Lucía siempre conservaba en su interior la botella de vino para resguardarla del sol.

Durante nuestra visita en abril, Lucía nos explicó lo importante que era el trabajo que estaban realizando actualmente en el viñedo, la poda en verde.

Los brotes tiernos y jóvenes se eliminan a mano para aumentar la calidad de las uvas. De esta manera se controla la cantidad de hojas y se evitan enfermedades por hongos.

Para Patricia es importante utilizar uvas que han crecido a una misma altitud, de esta manera se garantiza el toque fresco y elegante del vino.

Esto también lo tiene en cuenta cuando compra las uvas de otros productores cuyos métodos de cultivo también son controlados por Lucía.

Aunque la viticultora empieza ya en agosto a comprobar el grado de madurez de las uvas, la vendimia tiene lugar aprox. entre el 25 de septiembre y el 25 de octubre.

Para el prensado, la cosecha se lleva a la Bodega en Las Tricias.

Ahí también tiene lugar la fermentación, la crianza y el almacenamiento.

La encargada de la bodega utiliza barriles de roble francés o americano, madera de tea (duramen del pino canario) o depósitos de acero inoxidable dependiendo de las propiedades que desea conceder al vino.

Patricia aplica todo su conocimiento y su alma al crear los vinos con la Denominación de Origen de La Palma.

Deseaba ser viticultora desde que iba a la escuela y su entusiasmo le lleva a probar también cosas nuevas.

De esta forma, además de su aromático "Albillo", se creó en el año 2015 también el "Albillo Criollo Afrutado".

Un vino afrutado que pretende animar también a quienes no suelen beber vino.

Pero tampoco se ha olvidado la clásica uva de La Palma, la "Vijariego", la cual concede un sabor muy especial a sus vinos tintos.

El objetivo de Patricia es una bodega orientada hacia la calidad y que evolucione de forma continua

Ella misma también se sigue formando continuamente y está ansiosa por ver los resultados de su nueva creación de este año: "Gama premium".

Quien desee probar los vinos de la joven viticultora puede visitar la Bodega con notificación previa.